sábado, 6 de junio de 2009

Fernando de Magallanes


Este navegante portugués fue el descubridor del estrecho austral que lleva su nombre, y que comunica los océanos Atlántico y Pacífico. La expedición que lo llevó hasta él dio la vuelta al mundo por primera vez, aunque murió antes de completar la hazaña. Pertenecía a una noble familia lusitana. Nació en la región de Trás-os-Montes hacia 1480. En 1505 se integró en la expedición de Francisco de Almeida, el primer virrey portugués del lejano oriente, que debía contener el poderío musulmán en África y la India. Formó parte de la expedición de Lope de Siquiera que estuvo en Malaca (1509). En el Consejo de capitanes para la conquista de Goa opinó en contra de los planes del virrey y perdió el favor real. El segundo virrey Alfonso de Alburquerque logró una serie de éxitos en su plan de expansión. Atacó Calicut, conquistó Goa (1510), y ocupó Malaca. Como las peticiones y proyectos de Magallanes a Don Manuel el Afortunado eran rechazados, marchó a España para ofrecer sus servicios a Carlos I (luego emperador Carlos V). Según el tratado de Tordesillas, España había adquirido la posesión de las tierras occidentales de América, entonces, los españoles vieron la necesidad de hallar un canal que comunicara los océanos Atlántico y Pacífico a través de América, a fin de utilizarlo en el camino hacia la India evitando la ruta del cabo de Buena Esperanza, que quedaba dentro del dominio portugués. Juan Díaz de Solís había buscado el paso en 1515, los que pudieron regresar de esta expedición se equivocarían al creer haberlo descubierto en el estuario de la Mar Dulce (mar del Plata). Magallanes propuso al Rey emprender la búsqueda de ese canal, proposición que fue aceptada en 1518. El encargo consistía en descubrir una vía que permitiera alcanzar las Islas Malucas, en el Pacífico Sur, ricas en especias. Las capitulaciones firmadas por Magallanes y su compañero Rui Faleiro, preveían que a ellos y a sus descendientes les correspondería el gobierno de todas las tierras que encontraran, además de una vigésima parte de las ganancias que obtuvieran de sus descubrimientos. La corona española proporcionó las cinco naves que realizaron la expedición, las cuales fueron equipadas en el Puerto de Sevilla: la "Trinidad", la "San Antonio", la "Concepción", la "Santiago" y la "Victoria". Sólo esta última sobrevivió a la travesía y de los 250 hombres que emprendieron viaje sólo lo lograron 17.

Juan Sebastian Elcano


Fue el primero en dar la vuelta al mundo. Bajo el mando de Magallanes, un grupo de naves van en busca de un paso al mar del sur, a fin de poder llegar a las Indias a través del océano Pacífico, sin tener que dar la vuelta al continente africano. A la muerte de Magallanes en las Islas Filipinas, Elcano toma el mando de la expedición como capitán de la nave Victoria. El 27 de Diciembre de 1521 la flota española parte hacia España. Por fin, el 9 de Noviembre de 1522 logra llegar a Sanlúcar de Barrameda. Sólo 18 de los 265 que partieron de España lograron sobrevivir en los tres años que duró la travesía. Elcano fue honrado con un escudo de armas y un globo terrestre con la inscripción latina Primus circumdedisti me (Fuiste el primero que me diste la vuelta)

muerte de magallanes

Empujada por los alisios, la expedición arribaría doce días más tarde a unas islas reverdecientes de luminosas playas, en donde los indígenas congregados saludaban amistosamente. Magallanes puso el ancla en Cebú y tomó posesión de las islas en nombre del rey de España. Aquel día 16 de marzo de 1521, las futuras islas Filipinas recibirían el nombre de San Lázaro. En la jornada del 14 de abril bautizaron a un millar de indígenas, empezando por su jefe, Humabón. Este se hallaba en guerra con Lapu Lapu, jefe de la isla de Matcán, situada frente a la de Cebú. Magallanes decidió tomar el partido del nuevo cristiano, Humabón, y desembarcó en Matcán, acompañado por unos cincuenta hombres (27 abril 1521). Una lluvia de flechas los recibió y los españoles huyeron rápidamente hacia su embarcación. Magallanes, cojo y chapoteando en el cieno, se quedó solo y los indígenas de Matcán le dieron muerte. Humabón, a ver que los españoles volvían sin su jefe y comprendiendo que no eran invulnerables pese a los amuletos de su religión, les preparó una trampa y dio muerte a unos veinte. Carvallo, el ayudante de Magallanes, decidió proseguir la expedición. Pero, como sólo podía contar con 108 hombres, número insuficiente para maniobrar las tres naves que les quedaban, ordenó quemar una de ellas, la Concepción.